miércoles, 13 de agosto de 2014

MARTÍ CONTINUA NACIENDO

A 157 años de su nacimiento
Cuando en 1952 un joven Fidel Castro era presionado por un tribunal de la dictadura batistiana en Cuba para que revelara de quien era la autoría intelectual de su fracasado (y más tarde legendario y fundacional) ataque militar al “Cuartel Moncada”, respondió que era de José Martí.

En 1967, el Che Guevara, apertura su trascendente “Mensaje a la Tricontinental” con una frase suya: “Es la hora de los hornos, y no se verá más que la luz”.

En 2006, al conocerse en Bolivia el amplio primer triunfo electoral presidencial del dirigente indígena y cocalero, Evo Morales, uno de sus compañeros y voceros, Osvaldo “Chato” Peredo, familiar de los legendarios hermanos Peredo, que murieron combatiendo en el Ejército de Liberación Nacional boliviano del Che, visiblemente emocionado repite a la prensa aquella frase de Martí: “Es un triunfo de todos los bolivianos, y los vientos que corren hoy, son para que el sueño de Bolívar, San Martín, Martí y Che Guevara se cumplan… es la hora de los hornos y no se verá mas que la luz”.  

¿Quién es entonces este cubano universal que habiendo nacido el 28 de enero de 1853 parece continuar naciendo una y otra vez?  

Cerca de cumplirse este 28 de enero próximo 157 años de su primer nacimiento, resulta necesario y urgente conocer algo más de este fantasma que porfiadamente recorre América Latina.  

Poeta

“Mírame, madre, / y por tu amor, no llores: / Si esclavo de mi / edad y mis doctrinas / tu mártir corazón llené de espinas, / piensa que nacen entre espinas flores" (1869).  

“Hijo: / Espantado de todo, me refugio en ti. / Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la / virtud, y en ti. / Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo / demasiado para profanarte así. / Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me / has aparecido.  / Cuando he cesado de verte en esa forma, he cesado de pintarte. / Esos riachuelos han pasado por mi corazón. /¡Lleguen al tuyo !” (1882).    

Conspirador y revolucionario. Exiliado, encarcelado.  

Residente de México, España y Estados Unidos, donde, siendo cubano, representó diplomáticamente a Argentina, Uruguay y Paraguay.  

Teórico del antimperialismo, fundador del Partido Revolucionario Cubano, en cuyas filas murió, finalmente guerrillero, cargando a caballo y revolver en mano contra el enemigo imperial español en las luchas independentistas de Cuba. "Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar". Había escrito y lo consiguió. “...Ya nos falta el mejor de los compañeros, el alma podemos decir del levantamiento". Escribió desconsolado el “generalísimo” Máximo Gómez, líder continuador de la lucha.

Heredero explícito del ideario del Libertador, José Martí declara: “…Así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies; así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!” (Discurso a Bolívar. 18 de octubre. 1883).

La independencia mental

Pero no sólo es la admiración, la comunidad de programa y de tarea con Bolívar, es también la comunidad de esa búsqueda radical de independencia de la matriz cultural hegemónica, generalizada históricamente. Recogiendo el legado de Simón Rodríguez y Bolívar, contempla el fracaso de la imposición en las repúblicas americanas del admirado modelo extranjero, tenido por único viable y deseable. “La incapacidad no está en el país naciente, que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino en los que quieren regir pueblos originales, de composición singular y violenta, con leyes heredadas de cuatro siglos de práctica libre en los Estados Unidos, de diecinueve siglos de monarquía en Francia… el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto… El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país… Las repúblicas han purgado en las tiranías su incapacidad para conocer los elementos verdaderos del país, derivar de ellos la forma de gobierno y gobernar con ellos. Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador” (Nuestra América.1891).

Es la dolorosa colonialidad mental y cultural que será más profunda y más difícil de romper que el colonialismo político y económico. Aún fuerzas de liberación buscarán en otras partes la “guía” foránea, convencidos de la propia incapacidad de crear su propia teoría revolucionaria. En una lógica proverbial inversa, se está pronto y predispuesto a ver la viga en el propio ojo histórico. Lo que actúa como refuerzo cultural para desdeñar y presagiar, en el presente, derrotas de todo intento y toda construcción propia, que no encaje totalmente en los moldes teóricos foráneos reputados como regla inviolable. Martí lo apunta con claridad: “…el afán de progreso en las repúblicas aún no cuajadas lleva a sus hijos, por singular desvío de la razón, o levadura enconada de servidumbre, a confiar más en la virtud del progreso en los pueblos donde no nacieron, que en el pueblo en que han nacido… el ansia de ver crecer el país nativo los lleva a la ceguedad de apetecer modos y cosas que son afuera producto de factores extraños u hostiles…” (Ibíd.).  

Martí adhiere y actualiza la corriente tupacamarista y bolivariana de la primera independencia. Asume la continuidad de la tarea radical e imprescindible. Llama a construir y desarrolla él mismo un pensamiento propio, con respuestas historizadas a las tareas revolucionarias de Nuestra América, “sin calco ni copia”, como dirá después Mariátegui. “La independencia de América venía de un siglo atrás sangrando: ¡ni de Rousseau ni de Washington viene nuestra América, sino de sí misma!... La universidad europea ha de ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos. Injértese el mundo en nuestras repúblicas; pero el tronco ha de ser de nuestras repúblicas…Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse… el deber urgente de nuestra América es enseñarse como es… Se necesita abrir una campaña de ternura y de ciencia…Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra” (Ibíd.).  

La imposición por la fuerza militar genocida, las concesiones comerciales y diplomáticas espurias arrancadas u obtenidas a la corrupción de las elites políticas tradicionales, y la ventaja tecnológica, han sido factores, en muchos momentos, decisivos, de la dominación de los diferentes poderes fácticos extranjeros en la región. Sin embargo, es sólo sobre la base de la “aceptación” de la ideología de ese poder fáctico dominante, de la legitimación profunda de su matriz cultural, por parte de sectores significativos, suficientes, de la población local, que ella es sustentable en el largo plazo. Rota aquella legitimidad ideológica cultural, todos los demás factores de dominación, están condenados, a la larga, a la insuficiencia y la derrota. No puede haber liberación política y económica duradera, sino hay liberación mental y cultural.  

Aunque mantuvo independencia y no militó en el marxismo, y era un radical continuador de Bolívar, al que Marx había denostado, sí conoció y admiró explícitamente la obra de éste. Sembraba así el primer antecedente para superar el desencuentro y armonizar ambos idearios. En 1883, Martí publicó un artículo en Argentina en homenaje a Carlos Marx, en el que elogiosamente señalaba: “Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles merece honor… estudió los modos de enseñar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos… es llamado el héroe más noble y el pensador más poderoso del mundo del trabajo” (En: Diario La Nación. Buenos Aires, Argentina. 29 de marzo. 1883).  

Sin embargo, también incluye en forma crítica: “Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de senos de pueblos en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido la gestación natural y laboriosa” (Ibíd.). Haciendo valer la “gestación natural y laboriosa”, en el “seno histórico” de su pueblo, de la propia lucha anticolonialista y antimperialista; la cual no encontraba instrumentos útiles en la “necesidad histórica” y la misión “civilizatoria” atribuida a la expansión capitalista euro norteamericana en el “Manifiesto Comunista” y los artículos sobre América e India de Marx y Engels.    

Patria

Por otro lado, trasladando, una vez más, ahistoricamente, el concepto de “Patria” de la matriz política europea, donde significaba bandera de expansión imperial capitalista para enfrentar unos pueblos a otros, muchos “socialistas” desconfiaban del concepto de “Patria” usado por los revolucionarios en Latinoamérica, y recogido centralmente por Martí. “Patria” es el nombre de su periódico revolucionario en Estados Unidos, que funda y dirige en 1892. “Patria” la consigna del “Club Borinquen”, formado por revolucionarios cubanos y puertorriqueños, donde es uno de los presidentes honorarios, junto a los también legendarios Ramón Betances y Eugenio de Hostos.         

Se reproducía así, ahora en versión “socialista”, la profunda matriz cultural hegemónica que niega a los nuevos países un rol protagónico y creador en su propia reflexión, en sus propios conceptos y significados, en su propio destino. El discurso político era revolucionario, pero la matriz cultural negadora. Martí responderá: “Se abren campañas por la libertad política; debieran abrirse con mayor vigor por la libertad espiritual” (1884).

Historizado en el contexto propio de la región, el concepto de “Patria” tenía un contenido antimperialista, antioligárquico y de inclusión para las grandes mayorías a la igualdad social y la ciudadanía. Más aún, era indisoluble y militantemente “latinoamericanista”. Es en esa tensión conceptual, que Martí escribe el poema: “…El amor madre a la Patria, / No es el amor ridículo a la tierra / Ni a la yerba que pisan nuestras plantas / Sino el odio invencible a quien la oprime / Es el rencor eterno a quien la ataca” (1869). Recogía y actualizaba así una tradición propia sobre el contenido específicamente latinoamericano del concepto, inaugurado con Tupac Amaru II, “Inca de toda de Sudamérica”. Forjado después al calor de las luchas independentistas y antimperialistas por Bolívar, San Martín, Sucre, Simón Rodríguez y Manuela Sáenz, entre muchos otros. Para los cuales la justicia e igualdad social eran constitutivos esenciales de la Patria por la que se luchaba. “Sin el goce absoluto de ambas: libertad y justicia, habría sido inútil la emancipación” (José Sucre. 1825). Y lo mismo valía para la sustancial dimensión latinoamericana de la Patria. "Lo que sé es que mi País es el continente de la América y he nacido bajo la línea del Ecuador'' (Manuela Sáenz. 1830). 

Justamente, para superar ese porfiado europeismo, ahora bajo forma socialista, en Martí, la Patria es también, necesariamente, rescate de la propia dignidad y la propia capacidad creadora, negadas por la matriz racista y determinista europea, con el acuerdo de elites arribistas locales que confundían el ser moderno con ser, pensar y parecer “extranjero”: “…calle el pedante vencido; que no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas” (Nuestra América. 1891).  

En América Latina, “Patria” fue siempre un concepto cuyo contenido estaba en disputa. Y si los oligarcas y poderes fácticos extranjeros enfatizaron la “patriotería” como instrumento ideológico para la división y el antagonismo fratricida y debilitante, innumerables amautas, lejos de “abandonarles” el concepto, mantuvieron incesante y argumentada lucha por combatir ese chauvinismo pequeño, y hacer de la “Patria” continentalismo, antimperialismo y justicia social. El propio Martí llama a ese concepto chauvinista de Patria, como “de aldea”, para enfatizar que, ni siquiera pretendiéndolo copiar de Europa puede significar lo mismo, expansión imperial, sino sólo empequeñecimiento propio y de la región, nada más. “Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada” (1891).         

El “tano” argentino, José Ingenieros, quien en 1922 propone la formación de la “Unión Latinoamericana”, lo llamará “patriotismo chico”: “…el plan más simple de la política yanqui es dividirnos. Los mejores instrumentos para esta labor son las oligarquías criollas, y la palabra mágica para realizarla es la palabra "patria". Patria chica y patriotismo chico, en América Latina, son las Celestinas del imperialismo. Cada cacique, cada tirano, cada oligarquía, cada clase dominante grita patriotismo. Patriotismo significa hostilidad al vecino, odio, xenofobia, nacionalismo provincialista y bastardo. El patriotismo en el Perú, por ejemplo, no es libertar a cuatro millones de esclavos peruanos víctimas de la más horrible explotación feudal desde la conquista española; el patriotismo peruano no es educar un pueblo analfabeto y sacudir de la opresión más vergonzosa a todo un pueblo; el patriotismo peruano es odiar a Chile, gritar histéricamente contra Chile, recordar todos los días que las clases explotadoras de Perú y Chile y Bolivia arrastraron a nuestros pueblos a una guerra fratricida y brutal por sus ambiciones económicas. Desde que yo he nacido, desde que cada muchacho peruano nace, se le enseña a odiar a Chile. Ese es el patriotismo. No importa que el capitalismo peruano y el capitalismo chileno negocien a su gusto y Chile sea el segundo o tercer país comprador de los productos de mi país. No importa que las clases dominantes de ambos países sean amigas.

Lo importante es mantener la división en los pueblos, y mientras el odio inútil entre los dos países, la clase dominante de Chile y la clase dominante del Perú van entregando las riquezas nacionales al imperialismo, van vendiendo el porvenir de sus pueblos, van esclavizándolos con empréstitos… Y el caso del Perú y Chile es el caso de Argentina y Brasil, donde las clases dominantes agitan el "patriotismo" de la patria chica y enardecen el nacionalismo, secundando así los planes imperialistas de dividir para conquistar. ¿Quiénes agitan los celos de Paraguay y Bolivia, Costa Rica y Panamá, Ecuador, Colombia y Perú? …saben bien quienes en América Latina nos dominan que el culto a la patria chica es un culto suicida. Saben bien que dividir nuestra América con odios, es abrir las puertas al conquistador. Lo saben bien desde antes que nuestra generación despertara y les gritara a la cara su traición… El único camino de los pueblos latinoamericanos que luchan por su libertad es unirse contra esas clases, derribarlas del poder, castigar su traición… Acusar y castigar a los mercaderes de la patria chica y formar la patria grande… trabajar para crear la nueva América, la América de la bandera única, la América libertada y justa, cuyo suelo ancho y fecundo ha de ser el mejor hogar para una Humanidad nueva y libre” (1925).

Así nace, justamente, para contrastar con aquella concepción “chica”, el concepto, propio del continente, y que se usa para el continente, de “Patria Grande”. Gabriela Mistral, la amauta chilena, llamará también a elevarse por encima de pugnas fraticidas y suicidas. “Ten la justicia para tu América total. No desprestigies a Nicaragüa para exaltar a Cuba; ni a Cuba para exaltar a la Argentina. Piensa en que llegará la hora en que seamos uno, y entonces tu siembra de desprecio o de sarcasmo te morderá en carne propia” (1922). Ninguno renuncia por ello al concepto de Patria, sino que contraponen otro, uno diferente al de los opresores, propio y útil a los pueblos. Uno donde lo universal es articulado, fundido, con lo propio e irrepetible. Donde ni lo universal niega a lo propio, como ha ocurrido, ni donde tampoco lo propio pretende negar a lo universal. Sólo unos meses antes de morir, Martí escribió: "Patria es humanidad, es aquella porción de humanidad que vemos más de cerca y en que nos tocó nacer… por lo que, de modo especial, allí está obligado el hombre a cumplir su deber de humanidad". Palabras que anticipan la articulación del Che entre el “internacionalismo proletario” y el “tipo americano” en el mensaje a la tricontinental.   

Se forja así una sólida e incontestable concepción propia de Patria, que ya es hegemónica en la región, a pesar de quienes persisten en transplantarle, a la fuerza y contra el sentir de los pueblos, el contenido chauvinista y “chico”, de origen europeo o norteamericano, para después “combatirlo”. “¡Patria o muerte!”, es la consigna de las luchas revolucionarias de la región. Desde Sandino hasta el Che Guevara.  

Dique antimperialista  

Sobre esa concepción, Martí se convirtió en pilar del antimperialismo latinoamericano, o, como diría él mismo: “nuestroamericano”. Sobre todo, en temprano dique y trinchera infranqueable al expansionismo de Estados Unidos. Al cual incluso derrotó en sus propios “foros panamericanos”.  

Con la ejecución en Centroamérica del filibustero Wlliam Walker, Estados Unidos cierra el temprano ciclo de las tentativas anexionistas piratas, “semi oficiales”, al viejo estilo de los corsarios ingleses. A partir de allí diseña y desarrolla una nueva estrategia, más firme y de largo aliento, de carácter institucional, para el establecimiento formal y “legítimo” de su hegemonía en la zona. Gradualmente, a partir de 1880, se implementa una ofensiva diplomática que alcanza su expresión acabada a inicios de 1889 en la “Primera Conferencia de la Naciones Americanas”, celebrada en Washington, con el objetivo de imponer una unión aduanera, un ferrocarril panamericano y el establecimiento de una moneda y un banco de carácter hemisféricos; todo bajo la hegemonía norteamericana, desbancando finalmente la competencia inglesa.

lunes, 11 de agosto de 2014

REUNIÓN MOVIMIENTOS PERUANOS AL ALBA: MARTES 12, 4 PM



Reunión abierta de los Movimientos peruanos al Alba.

- FECHA: martes 11 de Agosto 
- DIRECCIÓN: Jr. de la Union Nro. 1030, 2do. piso al costado de la Estacion de Bomberos, a media cuadra de la Plaza San Martin.
- HORA: 4 p.m. a 6 p.m. puntual.

AGENDA: 
- Informes (Delegación de compañeros que estuvo en Seminario antimperialista de México, y otros).
- Busqueda de local para Escuela Nacional de movimientos en lucha. 

Los/as esperamos.