El Informe, por
cierto, está centrado en demostrar de manera irrebatible, con todos los antecedentes
legales, la inconstitucionalidad e ilegalidad de la nueva norma que pretende
imponer el gobierno, por la cual jóvenes que no puedan pagar una multa de cerca
de tres salarios mínimos mensuales, son forzados a realizar el Servicio
Militar. Pero más allá de ello, resulta necesario preguntarse: ¿qué es lo que
hace que jóvenes que decidieron ingresar al Servicio Militar por propia
voluntad huyan luego desertado de él a pesar de sufrir requisitorias y sanciones por
parte de tribunales militares?
Las causas son
reveladoras y dejan al desnudo el desconocimiento o la mala fe del oficialismo
que intenta presentar el Servicio Militar como la panacea social para los
pobres. Confirmando los dichos públicos del presidente de la república de que “no
hay plata” para pagar el salario mínimo mensual a los reclutas, que hoy reciben
una propina de 256 soles, casi un tercio del salario mínimo mensual, varias de
las razones muestran que tampoco hay plata para garantizar condiciones de vida
mínimas de los jóvenes en los cuarteles: Insuficiencia de la propina para
cubrir gastos mínimos, sobre todo ante problemas familiares. No pago de la
propina, en algunos casos durante meses. Falta de pago o no reconocimiento de
seguros de vida y de pensión, en caso de jóvenes muertos o mutilados en el
servicio. Carencia de recursos y equipos militares, o en mal estado, incluyendo
las zonas donde deben combatir con el narcotráfico. Falta de condiciones de descanso,
higiene y salud mínimas en los cuarteles. Deficiencias en la alimentación en
los cuarteles. Altamente llamativa es la causa de las “deudas” de los jóvenes
con las “cantinas”, quioscos monopólicos al interior de los cuarteles,
administrados en la mayoría de casos por los oficiales de los mismos.
Se suman a las
causas económicas las referidas a violaciones de los derechos humanos de los
jóvenes. Contrariando los argumentos oficialistas, el informe muestra que otras
causas de esta masiva deserción obedecen a: Impedimento para iniciar o
continuar estudios. Maltratos y agresiones psicológicas y físicas, recibidas
como sanción o abusos por parte de soldados con mayor rango. Las que alcanzan
un grado siniestro en la existencia de denuncias de familiares por muerte o
desaparición de los jóvenes que no son debidamente informadas. Agregase a
ellas, como no, denuncias por reclutamiento indebido, incluyendo el
reclutamiento forzoso de menores de edad.
El Servicio
militar aparece así como todo un síntoma y un símbolo del Perú neoliberal
actual, violentamente injusto y desigual. Donde el crecimiento económico de la
última década aparece como una burla a las inmensas mayorías de peruanos para
los que el estado nunca tiene recursos a fin de garantizarles derechos
laborales, salud, educación, seguridad y ahora un mínimo de condiciones a los
jóvenes peruanos para servir militarmente a su país. Donde la única política
invariable es que los pobres carguen con los sacrificios, mientras la minoría
privilegiada vive del privilegio.
La última
propuesta pública del Ministro de Defensa, Pedro Cateriano, en el sentido de “repartir
equitativamente” lo recaudado por las multas de los privilegiados que se
libraron entre los pobres forzados a realizarlo, es completamente reveladora de
ese concepto de país que guía al actual gobierno. Hay en ella un innegable desprecio
clasista por la igualdad de derechos de todos, que es objetivamente ofensiva
para la inmensa mayoría de padres y jóvenes peruanos, ¿o no?
Ricardo Jimenez A.
Ver Informe completo
de la Defensoría del Pueblo en:
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