martes, 23 de julio de 2013

El discurso negador de derechos de Víctor García Belaunde hacia los peruanos en el exterior

Es realmente sorprendente que la “Otra Mirada” un medio alternativo, crítico y decididamente centrado en un enfoque de derechos y justicia, se haya permitido publicar, en su número 210 del 23 de julio del presente, un artículo del congresista Víctor Andrés García Belaunde en que hace gala de la visión mercantilista y negadora de derechos ciudadanos, tan propia del actual y en crisis sistema político del Perú, argumentando a favor de mantener en la exclusión y negación de derechos a los peruanos en el exterior para que continúen sin poder elegir sus propios representantes al Congreso. Confiamos en que este prestigioso medio informativo otorgue también espacio para reivindicarlos.

El articulista comienza su reflexión con cifras: “De acuerdo al INEI, el Perú tendrá 30 millones 475 mil habitantes en 2013. Si dividimos esta población entre 130 congresistas, cada mal llamado padre de la patria representa a 234 mil personas”.Pues, bien, de acuerdo también al INEI, existen más de 3,5 millones de peruanos en el exterior, ¿Siguiendo el mismo cálculo, cuántos “padres de la patria” les corresponderían para ser representados? Cita a África y a Oceanía para mostrarnos que los electores peruanos en el exterior son muy pocos, apenas unos cientos o miles, aunque olvida señalar que en Estados Unidos son más de 250 mil; en España, más de 130 mil; en Argentina, más de 110 mil; en Chile, más de 80 mil. Ciertamente, su abstención es alta, cerca del 50%. ¿Pero esto no es responsabilidad del propio estado, empezando por el desincentivo que significa de hecho ser obligado a votar por congresistas limeños que no tienen ninguna sensibilidad ni interés en ellos?

Pero lo más importante, el articulista ignora que el conjunto de electores en el exterior tienen derecho y necesitan sus propios representantes, no por una cuestión territorial, que en todo caso ha sido definida arbitrariamente, sino porque representan una comunidad con intereses ciudadanos comunes y distintos al de otras comunidades de la Nación. Ése es el principio que está detrás de la representación democrática, como lo señala la Oficina Nacional de Procesos electorales (ONPE): “si bien lo peruanos en el extranjero no tienen un territorio específico, sí se les puede considerar como un conjunto de electores, con intereses específicos, los cuales tienen derecho a elegir a sus propios representantes, es decir, sí se les puede considerar como… una circunscripción electoral” (Dictamen Sobre Proyectos de Ley para Distrito electoral peruanos en el extranjero de 25 noviembre de 2010. Comisión RR.EE. del Congreso de la República). Es por este principio que no tienen cabida losargumentos de que "un peruano residente en Chile no podría representar a los que viven en Colombia", como si alguien del interior rural de Cajamarca no podría representar a quienes residen en la ciudad de Cajamarca.

Y es el principio bajo el cual una clara tendencia modernizadora de las instituciones democráticas viene otorgando estos derechos en crecientes países. Ya existen congresistas de los emigrados en Portugal desde 1976, Francia desde 1983, Croacia desde 1992, Italia desde 2001, Colombia desde 2001, Ecuador desde 2007. Y Se discuten proyectos de ley para ello en muchos países como México, Argentina, Bolivia, etc. Todas estas experiencias empíricas muestran un éxito en modernizar la democracia y no han duplicado en ningún caso funciones de Cancillería, como teme el articulista.

Tomar en serio su argumentación de que se corre el riesgo de tener un “robacable en Suecia” o un “lavapiés en Italia” nos llevaría por fuerza de la lógica a concluir que la solución para que no haya estos problemas en el Congreso actual es negarle a los peruanos el derecho de elegir sus representantes, y esto es inaceptable, tanto para todos los peruanos que residen en Perú como para los que viven en el exterior.

Tampoco abordaremos sus argumentos basados en los “Resultados de la Primera Encuesta Mundial a la Comunidad Peruana en el Exterior publicado recientemente por el Ministerio de Relaciones Exteriores”, según la cual “el 83.7% de los entrevistados considera que el Consulado peruano puede atender sus necesidades”. Ello por un mínimo de respeto metodológico. Es como si se hiciera una encuesta de cuán bien cree la gente que el Congreso desempeña sus funciones, y se encargara de realizar esa encuesta al mismo Congreso.

Pero hay también argumentos económicos. El congresista nos pide no olvidar que “cada despacho congresal le cuesta al contribuyente peruano acá alrededor de S/. 3.8 millones por año, casi S/. 19 millones en 5 años”. Nosotros le informamos que, según informes del BCRP, al contribuyente peruano en el exterior le cuesta, al año, 500 millones de dólares, S/ 1.300 millones, el pago IGV de sus remesas al estado peruano, suficiente para pagar alrededor de 26 despachos de congresistas por cinco años.

Pero más allá de la realidad de las cifras, es importante evidenciar la grave negación de derechos legítimos y legales que revela elplanteamiento del señor García Belaunde, más grave aún viniendo de un legislador. La Constitución Política del Perú establece que “Los ciudadanos tienen derecho… de ser elegidos y de elegir libremente a sus representantes” (artículo 31). También el principio de "igualdad ante la ley" y no discriminación por motivo de "cualquier... índole" (artículo 2, número 2). Pues bien, los peruanos en el exterior no pierden ni su ciudadanía ni su nacionalidad, por tanto la Constitución obliga al cumplimiento de estos mandatos para con ellos.

Agregase a ello el mandato similar de numerosos tratados internacionales de los sistemas de Naciones Unidas e Interamericano, adoptados legalmente por Perú, y a los que la Constitución vigente precisa en estos términos: "Los tratados celebrados por el estado y en vigor forman parte del derechos nacional" (artículo 55). Sería largo citarlos aquí y asumimos que el señor García Belaunde tendrá nociones de ellos.

Finalmente, el hecho irónico, más trágico que cómico, que este señor sea, según la actual ficción legal, elegido por el distrito “Lima yexterior”, es decir, un representante de los mismos peruanos en el exterior a los que se explaya en negar legítimos y legales derechos, y que a los peruanos en el exterior se los obligue a votar por este tipo de representantes en Lima, ahorra más argumentos de por qué es una necesidad institucional democrática urgente que cuenten con sus propios representantes.


Ricardo Jimenez A.

jueves, 18 de julio de 2013

Chile, despinochetizar la ley de migraciones


“…expulsar a un extranjero puede ser una empresa difícil, incluso aunque la culpabilidad del mismo esté debidamente probada, o si se constató que ingresó en forma clandestina. Se requiere la firma del Ministro del Interior y Seguridad Pública para el caso de los residentes, y no existe un mandato para la entrega de información por parte de los órganos de la Administración del Estado. Un régimen abierto a las oportunidades de la migración sólo cobra sentido si es posible expulsar, en forma expedita, a quienes se haya acreditado que atenten contra el bien común.

Estas son palabras textuales del actual presidente de Chile, Sebastián Piñera, y son parte del “marco normativo” (punto 3, párrafo 10) de la presentación de su nuevo proyecto de ley de migración y extranjería a la Cámara de Diputados, el 20 de mayo de 2013. En ellas se queja de que la actual ley de migraciones, para decirlo en palabras sencillas, es muy blanda a la hora de expulsar extranjeros en irregularidad.

Aunque usted no lo crea, está hablando de la ley migratoria elaborada bajo la dictadura de Augusto Pinochet, no sólo la ley migratoria “más antigua de Suramérica” y una de las más antiguas del mundo, sino absolutamente restrictiva, basada en un criterio trasnochado de seguridad nacional, con plena discrecionalidad del estado y contraria a los estándares internacionales de derechos adoptados legalmente por Chile en las últimas décadas.

Era tanta la arbitrariedad de este cuerpo legal, que los posteriores gobiernos concertacionistas, incapaces de despinochetizar este ámbito, hicieron algunas reformas menores de procedimientos administrativos y varios desusos de hecho de sus aspectos más impresentables. A pesar de ello, las denuncias de arbitrariedades y abusos a los extranjeros en Chile, desde que pisan una frontera o un aeropuerto, han sido permanentes y han alcanzado en los últimos años notoriedad pública. Numerosas denuncias legales han llevado incluso al poder judicial a fallar a favor de la protección de los migrantes, por ejemplo, frente a detenciones y encarcelamientos ilegales y violatorios de los derechos humanos.  
 
Sin embargo, al señor Piñera le parece poco y reclama todavía más discrecionalidad e incumplimiento de obligaciones para poder expulsar extranjeros y criminalizar la irregularidad. En la antiutopía migratoria de su proyecto de ley, sólo el interés de mano de obra barata empresarial, que supone identificado con el nacional, dictará buenamente cuántos, dónde y por cuánto tiempo, algunos migrantes recibirán la graciosa concesión de residir en Chile.

Mientras el país necesita despinochetizar la ley migratoria para entrar democráticamente al siglo XXI en este ámbito, a Piñera le parece blanda la xenofobia pinochetista y la exacerba a estándares del siglo XIX. Sería cómico, sino fuera trágico.

domingo, 7 de julio de 2013

La muerte electoral de un gobierno


El 4 de julio recién pasado protestas multitudinarias sacudieron prácticamente todo el territorio del Perú, motivadas por legislaciones que avanzan en privatizar la educación superior y recortar derechos laborales de trabajadores públicos aún por debajo de los estándares  internacionales del siglo XX. Dos días después, tras dos años de silencio al respecto y casi 3 millones de soles gastados por su despacho de primera dama, la poderosa esposa del presidente, Nadine Heredia,  anuncia públicamente que no será candidata presidencial en las elecciones de 2016, sepultando objetivamente casi cualquier posibilidad real del nacionalismo de alcanzar nuevamente el gobierno en el próximo período.

En ese contexto, volvemos a entregar un artículo que escribiéramos hace exactamente un año, donde analizando los hechos de entonces proyectábamos un derrotero como el actual.

La muerte electoral de un gobierno
(06-07-2012)

El profuso uso en manifestaciones de un ataúd con el nombre del presidente, muestra no sólo la creatividad del descontento popular, sino que simboliza, trasmite y hace explícito un hecho objetivo: antes de un año de gobierno, éste ya ha muerto como lo que fue, una opción electoral de mayorías. Una mala noticia para las expectativas electorales de la pareja presidencial. También para quienes vieron en la salida en masa de los mejores cuadros intelectuales, técnicos y profesionales progresistas del gobierno la gran oportunidad de quedarse y trepar sin necesidad de otro mérito que la incondicionalidad a lo que sea que se haga.

Confundiendo pragmatismo con errores políticos fundamentales, han perdido irremediablemente la base electoral que los convirtió en alternativa política, no por el carisma de la pareja presidencial, como los zalameros con que han terminado rodeados les han hecho creer, sino porque representaban y supieron dar salida política al intento por encarar y buscar soluciones reales y sustentables a los profundos problemas y descontentos estructurales que plantea el actual modelo económico y político del país, caracterizado por su dependencia primario exportadora de recursos naturales, su centralismo limeño y su impronta autoritaria y represiva.

Asimismo, han perdido el apoyo electoral de centro que fue forzado por el apoyo activo de esa base electoral descontenta a entender esa necesidad estructural y buscar un camino no autoritario para dar una salida viable al país. Y que ve ahora que este gobierno es más incapaz aún que los anteriores para buscar otras respuestas que no sean la represión y la permanente crisis de los estados de emergencia. Finalmente, está muy claro que no han logrado ni de lejos conquistar la base electoral de la derecha en Lima, cuyos principales voceros: los monopolios mediáticos y sus representantes políticos, a pesar de que el gobierno les ha entregado en bandeja de plata la dirección de todos los asuntos y los puestos clave del estado, les echa públicamente en cara ser responsables de la crisis actual, ya que habrían exacerbado las expectativas con sus promesas electorales. Lo cual es objetivamente cierto, aunque no por las promesas electorales de la pareja, sino por la experiencia histórica y la consciencia de los pueblos de regiones y de las fuerzas progresistas de haber vencido a esos mismos monopolios mediáticos y representantes de la vieja elite política, haciendo valer la democracia para imponer una alternativa electoral distinta. Conjuntamente, los culpan y presionan, acusándolos de “blandos”, exigiendo todavía más mano dura y represión, en torno a la defensa cerrada del premier Valdés.

El absoluto desgaste del estado de emergencia, que se supone prohíbe reuniones, y de la represión desatada para disuadir por el terror el descontento masivo de la población, corre paralelo a este desgaste electoral, que ya hace unas semanas, con ocasión de un acto público por el cumpleaños del presidente Humala, mostró cómo, de la espontánea euforia popular de masas motivadas por el llamado histórico, programático, se pasa silenciosa pero significativamente a la vieja y tradicional “portátil”, que con recursos e incentivos estatales para facilitar el traslado y motivar la asistencia, logra acarrearse para la ocasión, tal cual todos los gobiernos anteriores desde la dictadura de Fujimori que patentó el mecanismo.

Lo que al gobierno anterior del APRA le tomó cinco años, para terminar, a pesar del uso de todos los recursos del estado en la campaña electoral, con apenas una mínima bancada, al límite legal de cinco congresistas (y según muchas versiones con una pequeña ayudita de la entidad electoral, ONPE), a la pareja presidencial le ha tomado apenas 8 meses, desde que dieron el auto golpe de estado programático, expulsaron a quienes diseñaron la propuesta de gobierno original, y pusieron al actual premier Oscar-estado de emergencia-Valdés a poner (des)orden.

Con suerte, si el desgaste no llega a niveles insostenibles, la pareja presidencial, aunando a quienes permanezcan como incondicionales (lo cual, como ya se ha hecho evidente, baja objetivamente el nivel de cuadros, discursos y propuestas que sean capaces de mostrar) y a un mínimo nuevo electorado (a estas alturas, esto depende de los errores que puedan cometer las opciones de derecha, de centro y progresistas y no de lo que pueda hacer la pareja presidencial), lograrán apenas un trocito de la torta política en las próximas elecciones, lo cual les permitirá una mínima existencia política entre la vieja elite, pero abrirá también una dinámica de conflictos entre quienes hayan sacrificado su imagen política a su lado con el norte de obtener a cambio algún ascenso en el estado, sin que se haya logrado entonces suficiente para todos.

Es una triste realidad para ellos, pero no más triste que la de los excluidos de siempre que hoy, por enésima vez, son impunemente asesinados, primero simbólicamente como “extremistas ideológicos… que deben atenerse a las consecuencias” (según el presidente del país), y después físicamente, como a “perros”, como grita, rebosante de impunidad, un policía a la población de Cajamarca.

 
Ricardo Jimenez A.