lunes, 1 de diciembre de 2014

MANIFIESTO DE LIMA Apelando a la conciencia de los poderosos de este mundo


Primera versión; 22 de octubre 2014
Redacción Pierre Cálame - FER.

Todos los ciudadanos de nuestro planeta único, irremplazable y frágil - nuestro  "OIKOs" (οἶκος)" en las palabras de los antiguos griegos para referirse a su casa común-, todos nuestros líderes, políticos, económicos espirituales saben:

1- Que la escala y la irreversibilidad de las interdependencias que se crean entre los seres humanos, entre las sociedades, y entre la humanidad y la biosfera, representan una situación radicalmente nueva en la historia de la humanidad, llevándola de un modo irrevocable a un destino común;

2- Que la continuación indefinida de los estilos de vida y de desarrollo actual, acompañada de una tendencia a limitar sus propias responsabilidades, es incompatible con la armonía entre las sociedades, con la preservación e integridad del planeta y con  el respeto de los derechos de las generaciones futuras;

3 Que la magnitud del cambio que se necesita ahora está más allá del alcance de todos nosotros individual y separadamente, y requiere la participación de todas las personas y todas las instituciones públicas y civiles;

4- Que los procedimientos legales, políticos, de gestión financiera y de control de las instituciones públicas y privadas, en particular aquellos cuyo impacto es mundial, no incentivan a cumplir con sus responsabilidades, por el contrario, incentivan la irresponsabilidad;

5 Que la conciencia de nuestras responsabilidades compartidas para con el planeta es una condición de la supervivencia y el bienestar de la humanidad;

6- Que nuestra co-responsabilidad, más allá de los intereses legítimos de nuestros pueblos, es para preservar nuestro planeta único y frágil, evitando importantes desequilibrios que causen desastres ecológicos y sociales que afecten a todos los pueblos de la tierra;

7- Que los intereses de los otros y de la comunidad, así como la reciprocidad entre sus miembros, son la base de la confianza mutua, el sentido de la seguridad y el respeto por la dignidad individual y la justicia;

8- Que la proclamación y la búsqueda de derechos universales no es suficiente para regular nuestros comportamientos, los derechos no se realizan cuando ninguna institución tiene la capacidad de garantizar sus condiciones de aplicación;

9- Estas constataciones reclaman la adopción de principios éticos comunes que inspiren y regulen  a los líderes y a los pueblos.

Pero, ¿qué hacen los líderes mundiales con estas constataciones? ¿Cómo asumen su responsabilidad común? ¿Acaso establecen las reglas y crean las herramientas legales necesarias para que los Estados, instituciones financieras, empresas y centros de investigación asuman su responsabilidad en relación con las consecuencias de su acción o inacción?

¿Acaso movilizan mentes y energías para transformar nuestra economía en “oiconomia”, estableciendo reglas para la gestión de nuestro “oiko”, nuestra casa común, para asegurar el bienestar de todos respetando los límites del planeta?

¿Acaso muestran el coraje, la audacia, la imaginación y tenacidad para brindar a la humanidad una gobernabilidad de nuestro “oiko”, a la altura de la urgencia y la complejidad de los desafíos que enfrenta?

¿Qué son todas esos Premios Nobel, esas universidades de prestigio, esas investigaciones científicas costosas, si no contribuyen a esta invención de la depende nuestra supervivencia?

¿Si sólo sirven para alimentar una maquinaria económica, científica y financiera que ya hace tiempo no sirve y de un modelo de desarrollo que lleva al desastre, a la ruina de nuestra biosfera y, finalmente, a la guerra?

Ustedes, los poderosos y estudiosos de la tierra, nos piden que les confiemos la decisión de nuestro destino común, ¿qué han hecho para merecer esta confianza? ¿Han asumido sus responsabilidades para con la humanidad y con el respeto al planeta? ¿Acaso con sus ojos miopes, no están únicamente preocupados de manipular electores, defender los intereses de sus accionistas y sus socios de negocios?

Nada es más común a la humanidad que el clima. En que todos nos sumergimos en cada momento, nuestra vida depende de ello. Se trata de un bien común de la humanidad, nuestro “oiko”. Es lo que nos une a todos y tenemos que aprender a gestionar juntos. Es lo que nos ayuda a ser una sola comunidad, más allá de nuestras diferencias, nuestras desconfianzas, de todos nuestros agravios, de todas nuestras ignorancias.

Nuestro “oiko” no es que todos consumamos los mismos productos estandarizados, ni escuchar todos la misma música, ni contribuir todos la enriquecimiento de los mismos grandes poderes financieros;  nuestro “oiko” es nuestro clima.

¿Y ustedes van a preparar un acuerdo entre los pueblos de la tierra, un acuerdo en nuestro nombre, para establecer la forma de gestionar el clima?
¿Ministros de Relaciones Exteriores, cuya misión exclusiva es oponer los intereses nacionales de unos contra otros?

Ustedes han transformado la gestión del clima, que debería unirnos, en un motivo de división entre nosotros. Ustedes, desde hace más de veinte años, han desfigurado su corresponsabilidad con el planeta y la humanidad, desde las "responsabilidades comunes pero diferenciadas" para justificar cada uno su inacción, esperando a que el otro las asuma primero.

¿Son ustedes conscientes de que en el Derecho a eso se le llama “culpa por inercia criminal”? ¿Qué jugando con las palabras, ustedes han transformado sus cumbres en reuniones del crimen organizado?

Tomen conciencia de su miopía. Toda esta energía que ocupan, no para asumir sus responsabilidades, sino para declararse inocentes, para alegar ignorancia de las consecuencias irreversibles de su inacción, para ocultar el saqueo del planeta y de los pueblos, para financiar grupos de presión que niegan desembozadamente la evidencia del cambio climático, en fin, para borrar las huellas de su inercia y falta de coraje colectivo.

¿Quién de ustedes se elevará a ser el defensor del pueblo, el abogado de un indefenso planeta, cuando no existe una ley de responsabilidad internacional, ni los tribunales para defender su causa, o los medios para castigar y disuadir un comportamiento irresponsable?

El cambio climático amenaza con la desaparición a las islas del Pacífico, en Bangladesh hay amenaza de ecocidio y genocidio, y en muchas otras regiones los desastres climáticos amenazan a poblaciones enteras. ¿Quién juzgará estas causas, ante qué tribunal de justicia, en el nombre de qué derecho internacional? ¿Qué condena van a obtener aquellos que han sido declarados culpables de falta de asistencia a las personas y al planeta en peligro, de irresponsabilidad, falta de coraje e inercia? Ustedes se han organizado para que no haya ninguna respuesta a estas preguntas.

Por favor, no nos digan que no saben qué hacer, que los problemas son demasiado complejos para su alcance. Si ustedes no saben, nosotros les diremos que hacer! Verán que es muy sencillo:

I.- Es necesario que ustedes adopten con urgencia una “Declaración Universal de Responsabilidades Humanas”.

Que establezca las relaciones entre los Estados y los pueblos, y que será promovida a todos los sectores de la sociedad como base del derecho internacional de la responsabilidad ante nuestras interdependencias y para hacer de nosotros, los pueblos de la tierra, una comunidad de destino. Ustedes deben comprometerse a ponerla en práctica en la Constitución de los Estados y en las leyes nacionales. Esta declaración establece ocho principios:

1. El ejercicio por cada una de sus responsabilidades es la expresión de la libertad y la dignidad de los ciudadanos de la comunidad global;

2. Cada ser humano y todos juntos tienen una responsabilidad compartida con los demás, con la comunidad más cerca y la más lejos, y con respecto al planeta, en proporción de los activos, el poder y el conocimiento de cada uno.

3. Esta responsabilidad implica tomar en cuenta los efectos inmediatos y a largo plazo de sus acciones para prevenir o compensar los daños que se hayan cometido, intencionalmente o no, afecten o no cuestiones de derecho legal. Se aplica a todos los ámbitos de la actividad humana y en todas las escalas de tiempo y espacio.

4. Esta responsabilidad es inalienable cuando el daño es irreversible.

5. La responsabilidad de las instituciones, tanto públicas como privadas, independientemente de las reglas que los gobiernan, no exime la responsabilidad de sus líderes, y viceversa.

6. La posesión o uso de un recurso natural induce la responsabilidad de gestionar mejor el bien común.

7. El ejercicio del poder, más allá de las reglas por las que se regula, sólo es legítimo si rinde cuentas a aquellos sobre quienes se ejerce y si va acompañado de reglas de responsabilidad tan grandes como el poder o la influencia ejercida.

8. Ninguna persona podrá ser eximida de su responsabilidad en nombre de su impotencia, si no ha hecho el esfuerzo de unirse con otros, o en nombre de su ignorancia, sino ha hecho el esfuerzo de aprender e informarse.

II.-  Ustedes, con nuestro dinero, de nuestros impuestos, financiar una Asamblea antes de la COP 21, antes de la conclusión de un nuevo acuerdo global sobre el cambio climático; una Asamblea de Ciudadanos del Mundo.

Ustedes se encargarán de organizarla con participación de todas las ciudades y regiones, organizando una globalización horizontal, una red de la globalización, no una globalización jerárquica y desigual como es el caso de la que sostienen los Estados.

Porque es en las ciudades y territorios que se puede conducir la transición hacia sociedades sostenibles en los tres niveles: tres social, económica y ecológica.

Ustedes les pedirán formar delegaciones que reflejen la diversidad de todos los sectores sociales y ciudadanos de las ciudades y regiones para participar en esta Asamblea. Ellos suscitarán un debate democrático para preparar la Asamblea que adoptará los principios para la Declaración Universal de Responsabilidades Humanas y estará enfocada en conducir la transición a sociedades sustentables.

La organización de la Asamblea será interactiva para permitir que  refleje la diversidad de puntos de vista y desarrollar propuestas en todos los ámbitos de interés común.

Ustedes pedirán a Francia, anfitrión de la COP21 y de la firma del nuevo acuerdo climático global, para que organice esta Asamblea, incluyendo la movilización en este país de sus diferentes ciudades y regiones para permitir el trabajo descentralizado. Y si Francia rechaza esta propuesta, ustedes buscarán otro país dispuesto a aceptarla.

Ustedes se comprometerán a tener en cuenta las propuestas de la Asamblea, como una expresión del poder de proposición de la comunidad mundial emergente frente a los conflictos de intereses de los Estados.

III- Ahora, ustedes deben establecer el número de emisiones máximas permisibles de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono, a nivel mundial, y un plan a 25 años de reducción de la cantidad, a partir de 2040, patra las emisiones anuales compatibles con la estabilización del clima.

Es la capacidad de absorción de la biosfera de las emisiones lo que determina la cantidad de emisiones permitidas. Y esta capacidad es de todos, y no puede, como ocurre actualmente, ser capturada en beneficio exclusivo de los países y territorios, actividades y personas que consumen más energía fósil que la que les corresponde. Concluyan ustedes mismos. La base de cualquier acuerdo climático eficaz y justo está en la distribución de las cuotas de emisión de gases de efecto invernadero entre países, territorios, pueblos y actividades económicas, por lo que la energía fósil se convierte en una moneda independiente, emitida cada año en cantidades limitadas, distribuida en partes iguales entre los consumidores.

Nada que ver con el actual sistema de distribución de cuotas, demasiado abundante con las grandes empresas que se eximen fácilmente de los esfuerzos comprando más derechos de emisión.

La generalización de las cuotas territoriales y la reducción anual de estas cuotas durante los próximos veinticinco años obligará a monitorear el uso de energía en todo el ciclo de producción, consumo y reciclaje. Con ese sistema, que se ha convertido en muy fácil con la propagación de las monedas electrónicas, cada uno, incluido los países más pobres, gestionará dos monedas: moneda "trabajo" y moneda "de energía fósil". Y usted descubrirá cómo va a ser fácil reactivar la economía en sus dimensiones positivas: el uso de la creatividad y el trabajo humano para satisfacer las necesidades de la humanidad, sin ningún impacto negativo en el planeta, lo que hoy no es posible.

IV- Paren de decir que, con la crisis de las finanzas públicas, todos los hermosos compromisos sobre la construcción de un fondo verde global no pueden realizarse! La solución es muy simple. La mayor parte de la producción de combustibles fósiles, carbón, petróleo, gas, gas de esquisto, está concentrado  en un número de lugares de extracción y las cantidades se conocen perfectamente. Salta a la vista lo que hay que hacer: una tributación mundial en la fuente de emisión de energía fósil, la tasa se incrementará cada año si es necesario, cuya recaudación se destinará al Fondo Mundial en Apoyo a la Transición para sociedades sustentables.

V- Estamos de acuerdo sobre los posibles beneficios del comercio mundial. Pero no en las tendencias actuales, que llevan al “menor beneficio ambiental”.  Ustedes saben bien que el preámbulo del Tratado de Marrakech que estableció la OMC y que incluye la exigencia de desarrollo sustentable no se ha respetado. Hagan el compromiso en los próximos cinco años, de reformar la OMC para poner el concepto de industria sustentable en el corazón de los principios del comercio internacional. Ustedes se sorprenderán del impacto de esta decisión, el nuevo flujo de innovaciones técnicas, sociales y económicas que traerá.


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