jueves, 28 de marzo de 2013

Hoy visité al presidente Chávez

Hoy fui al cuartel de la montaña, la colina de Chávez como la llaman ahora
Hoy volví a subir el cerro de la 23 de enero como a veces hace muchos años
Hoy me recordé deseando venir a Venezuela para ver una revolución
triunfante y a la ofensiva, antes de morir
Vi las banderas de todas las patrias que declaraste una, vi el cañón
centenario que mandaste reparar y ahora disparan cada día a la hora de
tu partida
Vi al adorable perrito que salió nadie sabe de dónde para ponerse
delante de tu féretro y caminar los 15 kilómetros hasta ésta tu última
morada
Se llama Nevado como el perro de Bolívar, aunque mucha gente le llama
Guardián también
Vi la guardia de honor que te rodea, como los hermosos sublevados ese
día del 4 de febrero de 1992, muralla de uniformes
y pobladas enamoradas a primera vista
Vi los patios y veredas por donde te sacaron detenido
No era la primera vez, ni sería la última
Quizás por eso también dijiste ‘por ahora’
Vi las ventanas del cuartel que miran las otras ventanas de tu
despacho en palacio de gobierno,
como trazando la geometría misma de la historia de tu pueblo
Vi flamear las banderas con el viento de la tarde y te pedí que
flameen así los pueblos también
Recordé a Neruda que preguntó a Bolívar en este cuartel de la montaña
¿Y yo qué puedo preguntarte, Comandante Presidente, si nos trajiste
más respuestas de las que pudimos imaginar?
Bajé de tu colina y de la 23 de enero, se me caían de los bolsillos
del corazón gratitudes
y escuelas políticas, largas caminatas por esas reservas del Apure que
declaraste intocables, talleres de la Constitución Bolivariana y de
cooperativas
Cuando supe que sí era cierto el milagro de los panes y los peces
porque hacer justicia es hacer milagros

No hay comentarios:

Publicar un comentario