Ricardo Jiménez
Como ocurre desde hace 20 años de predominio neoliberal en Perú, los dueños del país una vez más usan los grandes medios de comunicación y las encuestas con la pretensión de manipular la opinión pública y decidir de antemano las próximas elecciones presidenciales de 2016. La idea es poner varias candidaturas como únicas con posibilidades de ganar, todas de derecha, todas garantes del actual modelo neoliberal, desigual, excluyente, insoberano, dependiente y anti latinoamericano.
Se busca convencer a la población que no hay más horizonte que el de las derechas neoliberales. Una derecha Bruta y Achorada (DBA), representada por la candidatura de la hija del ex dictador Fujimori o por el inefable aprista Alan García. Y una derecha supuestamente democrática y liberal, representada por Nadine Heredia (continuidad del converso neoliberal y pro imperial de última hora, Ollanta Humala) o por Lourdes Flores, resucitada a expensas de salvar por la derecha a la arrinconada alcaldesa progresista de Lima. Todas candidaturas del gusto de la embajada norteamericana y el Fondo Monetario Internacional. Todas bien dispuestas a reprimir y a masacrar poblaciones a favor de los grandes intereses trasnacionales.
Al mismo tiempo, esta misma clase política, administradora del Perú neoliberal, hace gala de su hipocresía y se suma a los reconocimientos de la intachable trayectoria del Congresista Javier Diez Canseco, afectado por una seria enfermedad. Ahora, alaban públicamente sus innegables condiciones de honradez y compromiso con la justicia social y la soberanía, por décadas casi un lunar aislado en el mar de corrupción de la política oficial peruana. Pero tan solo hace 6 meses, nada más, toda esta clase política, que ahora nuevamente quiere vendérsenos como “diferentes alternativas electorales” se mostró junta y de cuerpo entero en la bajeza de sancionar a Diez Canseco y suspenderlo del Congreso, justamente por el “delito” (para ellos) de su honradez y consecuencia con un país soberano y justo.
Por eso, creemos que vale la pena reproducir la nota que escribiéramos en la ocasión para recuperar esa memoria reciente, venciendo las amnesias políticas oficiales. Javier Diez Canseco representa la auténtica alternativa anti neoliberal para Perú, la única posible: la de decir lo que se piensa y la de actuar como se dice, con coraje y no sumisión a los poderes de siempre. La consecuencia de Javier vencerá ahora la hipocresía demagógica como supo vencer hace apenas seis meses la persecución infame de todas las derechas juntas. No pudieron acallar su compromiso con bajas persecuciones, no podrán tampoco ahora presentarlo como parte de su misma demagogia política.
Ya se miraron en el espejo de Javier Diez Canseco un día y no olvidamos ni olvidaremos nunca su verdadera cara.
16 de noviembre de 2012
LA INFAMIA CONTRA JAVIER DIEZ CANSECO
Nacionalismo peruano bienvenido a la derecha
“Parece que es nuestra herencia la bajeza. Se cae la pluma de la mano, al reflexionar cuánto han trabajado las generaciones por esclavizarse... así como desaparecerían todas las virtudes cívicas; porque ellas son incompatibles con sentimientos rastreros, que precisamente deben adquirirse bajo un gobierno en donde el medio de adular es el exclusivo medio de conseguir” Faustino Sánchez Carrión, 1821
Si alguna duda podía caber del viraje voltereta a la derecha por parte de la pareja presidencial y su débil coro de incondicionales a sueldo, llamado con exceso conceptual “partido” nacionalista, ha quedado muy bien aclarada, en la impresentable acción conjunta que han tenido con el fujimorismo y el aprismo, lo más corrupto y reaccionario de la derecha peruana, para suspender al congresista Javier Diez Canseco en un espurio proceso amañado en los pasillos del Congreso.
Para apristas y fujimoristas, se trata de un golpe más a los sectores progresistas, democráticos y patrióticos a los que detesta por ensombrecer el supuesto paraíso neoliberal autoritario peruano, que arrastra empero crisis persistentes desde hace una década y que sólo a fuerza de traiciones y demagogias electorales logra mantenerse aún en la hegemonía.
Para la pareja presidencial ha sido una clara manifestación de venganza, pura y simple, en contra de Diez Canseco quien es uno de los que con decencia y consecuencia hacia sus electores, renunció a la alianza de gobierno, cuando éste incumpliendo flagrantemente sus compromisos electorales, asesinó en innecesarias represiones criminales a quienes lo habían levantado como alternativa política y hecho triunfar en las elecciones, en contra de quienes ahora son sus hermanos y aliados de infamia.
La indecencia de este hecho es de tal calibre que hubo un grupo importante de congresistas de la bancada de gobierno que, desacatando la vergonzosa orden de venganza de palacio, votaron en contra de la suspensión, como el congresista indígena amazónico, Nayap Kinkin y el de Cajamarca Rubén Coa (también renunciado cuando las represiones anti populares nacionalistas y vuelto luego a la bancada oficialista). Son las escasas fuerzas éticas, morales, que aún les van quedando, y con toda seguridad serán internamente reprimidas, la "disciplina" y el "castigo" son las armas favoritas de la bajeza para imponerse a lo digno.
Ni qué decir de la mancha en su biografía que ha puesto el Congresista “joven”nacionalista, Sergio Tejada, que ha preferido actuar sin embargo como lo más viejo y desprestigiado de la política tradicional peruana y, luego de hablar en primera instancia con toda claridad por la falsedad de las acusaciones en contra de Diez Canseco, ante la orden de venganza de la pareja presidencial, ha dejado ahora a la historia el registro de su “abstención”. Casi un símbolo de la falta de coraje cívico para hacer lo correcto que caracteriza a lo más honesto del nacionalismo cada vez más arrastrado a la debacle moral y política.
Tanta ha sido la desvergüenza del hecho que, en un acto sin precedente histórico en el país, una presidenta en funciones, Marisol Espinoza (porque el presidente anda de viaje), y una Ministra en funciones, Ana jara, de la Mujer, se presentaron en el Congreso para forzar los escrupulosa morales y las consciencias e imponer la infamia.
¿Puede haber una prueba más cabal, más franca, no sólo de la voltereta política reaccionaria del nacionalismo, sino de su entrega a la decadencia moral y la corrupción, propia de fujimoristas y apristas? ¿Acaso hay necesidad de mensajes y realidades más claros todavía de que la Gran Transformación, no sólo es pura represión, sino también pura corrupción?
¿Y no es lo más lógico que mientras el Ollanta que se levantó en Locumba en contra de la corrupción fujimorista hace más de una década, movía enormes masas populares espontáneamente con el peso de su figura moral, el Ollanta presidente que ahora opera de la manera más indecorosa y estrecha con lo más siniestro del fujimorismo y el aprismo, no pueda más que contar con seguidores incondicionales siempre y cuando les brinde salarios estatales y sólo logre mover débiles portátiles acarreadas y pagadas con dineros del estado, como una vulgar fuerza neoliberal y derechista más?
Vaya nuestra solidaridad plena con el Congresista Javier Diez Canseco, es un pendón en su biografía que lo más siniestro de la política corrupta peruana se haya ensañado con su trayectoria impecable que ni aún la dictadura de Fujimori logró llegar a estos extremos de bajeza para mancillar.
En cualquier caso, después de todo, se agradece esta contundente aclaración. Ya sabemos todos, sin caretas, ni engaña muchachos, a qué atenernos.
Nacionalismo peruano, bienvenido a la derecha.
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