Ricardo Jiménez
Al menos centenares de peruanos/as han sufrido graves daños y ya se ha confirmado el fallecimiento de al menos uno de ellos, en las cruentas inundaciones que han afectado a La Plata, Argentina.
Crónica de una situación anunciada. Con más de 3,5 millones de ciudadanos peruanos en el mundo, es completamente previsible que estén presentes en grandes catástrofes o tragedias ocurridas en cualquier parte del planeta. Así ha ocurrido anteriormente, no hace mucho, en conocidos desastres vehiculares, marítimos y telúricos en Canadá, Italia y Japón, respectivamente; y con toda certeza seguirá ocurriendo.
Como repitiendo un guión trágico e irónico para las víctimas, una vez más los medios masivos de comunicación presentan crónicas de sensibilidad exagerada y superficial, con vagos reclamos a las autoridades consulares del lugar o al gobierno. Otra vez está completamente ausente el debate de fondo y útil, el de una auténtica política migratoria, con presupuesto adecuado y justo, por parte del estado peruano para la atención humanitaria y social de estas comunidades en el exterior.
10 centavos de sol por emigrado
Campañas de solidaridad llaman a la población de Perú a enviar dinero, ropa y materiales de construcción en apoyo de sus connacionales sufrientes en La Plata. Según el diccionario oficial español, “donativo o ayuda que se da al necesitado” es “limosna”.O también “caridad”, definida como “sentimiento o actitud que impulsa a interesarse por los demás y a querer ayudar a los necesitados”.
Campañas de limosna o caridad que, promovidas por el estado, no pueden menos que calificarse de ofensivas para los peruanos en el exterior, que aportan directamente a las arcas de ese mismo estado 500 millones de dólares anuales (1 250 millones de soles). Es el Impuesto General a las Ventas (IGV, 18%) que pagan al fisco sus remesas en dinero enviadas al país, ascendentes a 2 788 millones de dólares en 2012.
¿Cuánto les devuelve el estado en atención exclusiva y directa a sus necesidades humanitarias, sociales, psicológicas y legales, las más sentidas por esta población en el exterior? 380 800 soles anuales. 10 centavos de sol por emigrado al año.
Lo más significativo, si cabe, es el hecho de que esta cifra, íntegramente, tiene como fuente “Recursos Directamente Recaudados (RDR)”, es decir, que no viene como partida ordinaria aportada por el estado, sino que se la genera el Ministerio de Relaciones Exteriores por sí mismo, en buena parte por el pago de trámites que le hacen los propios emigrados en el exterior y sus familiares en Perú.
Según cifras oficiales, el presupuesto completo del Ministerio de Relaciones Exteriores, que además de los peruanos en el exterior atiende asuntos tan diversos como la promoción comercial del Perú, los tratados internacionales, los organismos internacionales, entre otros, viene recibiendo mínimos aumentos anuales de magnitud en su presupuesto desde hace una década, que representan una disminución constante año a año como porcentaje del presupuesto total de la Nación.
Al escuchar los airados reclamos públicos de los peruanos damnificados en La Plata por lo que consideran un abandono de su estado, resulta paradójico recordar que en el año 2012 el Ministerio de Relaciones Exteriores gastó 31 968 soles en la realización de una encuesta “para conocer las necesidades de las comunidades peruanas en el mundo”. La encuesta se realizó en las oficinas consulares por personal del propio Ministerio. Entre sus resultados se constató que el 80% de los encuestados se mostró satisfecho con la atención de su estado.
Proyecto de ley
Ante la injusticia que representa el contraste entre aportes de los emigrados al estado y la retribución de éste hacia ellos, y considerando las obligaciones constitucionales e internacionales del estado en garantizar derechos a sus connacionales y ciudadanos en el exterior, sectores del estado presentaron hace ya dos años un proyecto de ley para retribuir adecuada y justamente parte de esos aportes con dedicación exclusiva a la atención directa de las necesidades humanitarias, sociales, psicológicas y legales de estas comunidades en el exterior.
Elaborado por el Despacho del parlamentario andino Alberto Adrianzén y, curiosamente, por el entonces encargado de los Derechos de los peruanos en el exterior del MRE y hoy cónsul que enfrenta la tragedia de La Plata, Marco Núñez-Melgar, el proyecto propone destinar el 15% de los aportes en IGV de remesas al estado para estos fines, calculados sobre el ejercicio fiscal del año anterior y como partida adicional a la ordinaria del MRE. Conocido comúnmente como “Canon consular”, dicho proyecto de “Fondo de reinversión de aportes fiscales a los peruanos en el exterior” constituye una necesidad urgente, imprescindible, para una auténtica política migratoria que supere la caridad de la población con la responsabilidad del estado.
De lo contrario, muy pronto, pasado el sensacionalismo del momento, los peruanos en el exterior pasarán otra vez al olvido, hasta la próxima nueva tragedia.
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